lunes, 8 de diciembre de 2014

INTRIGA INTERNACIONAL, de T.C.H. Jacobs (Acme)

Título: Intriga internacional
Autor: T.C.H. Jacobs (1899-1976)
Título original: Let him stay dead (1961) \ Nº 1 en la serie “Jim Malone”
Traducción: Sara Daroqui
Supervision: Julio Vacarezza
Editor: Editorial Acme (Buenos Aires)
Edición: 1ª ed.
Fecha de edición: 1962-10-22
Serie: Colección Rastros #403
Estructura: 18 capítulos
Información sobre impresión:
Se terminó de imprimir este libro el día 22 de octubre de 1962, en Artes Gráficas Bodoni S.A.I.C., Herrera 527, Buenos Aires.

MI COMENTARIO:
T(homas) C(urtis) H(icks) Jacobs fue un prolífico escritor inglés que se dedicó a algunos de los géneros más populares de la novelística del siglo XX: el policial, el western, la novela romántica y el espionaje. Creó varios personajes que tuvieron series propias, como el inspector jefe Barnard, el superintendente John Bellamy y el aventurero Temple Fortune. Como Jacques Pendower, escribió muchas novelas de espionaje, entre las que hay cinco protagonizadas por Slade McGinty.
A principios de los 60 presentó al detective privado Jim Malone en dos novelas: Let Him Stay Dead (1961) y The Red Net (1962). La primera es la que corresponde a esta entrada; como no podía ser de otra manera, fue la Colección Rastros la que la detectó y tradujo para el público en español. Es un cruce de dos subgéneros: el de los exagentes secretos que todavía utilizan las técnicas aprendidas en servicio, y el de los detectives privados que se ven involucrados en asuntos de espionaje y seguridad nacional. Mi tocayo Malone trabajó durante la Segunda Guerra Mundial para la inteligencia francesa en contra de los nazis. Terminada la contienda, sobrevive como investigador recurriendo a sus conocimientos, recuerdos y contactos acumulados.
En esta historia, Rowanly, un ricachón inglés, le pide que averigüe si Arnold Keppler, el marido de su amante, realmente murió después de sufrir un accidente en la costa de Marsella. Está interesado en saberlo porque quiere casarse con la supuesta viuda. Malone viaja a Francia siguiendo la pista de las actividades del Keppler. Reuniendo viejos contactos de su vida de espía, descubre que posiblemente no haya muerto, y que su identidad sea distinta a la que su esposa creía conocer. Aparece la posibilidad de que antiguos nazis estén organizados en una red con miras a retomar el poder y que Keppler sea uno de ellos; esta red se dedicaría a la falsificación de dinero, lo cual produce las ganancias suficientes para su financiación. Decidió por la aparición de nuevos datos, Malone se dirige a Tánger, Marruecos, acompañado de un amigo y dos ladronas amantes; allí, descubre que la conspiración nazi existe... con apenas el margen necesario para librarse de la muerte.
La novela es magra en sus descripciones y personajes: una típica historia pasatista donde todo se resuelve fácil (desde la muerte de los malos hasta el deseo sexual de las chicas), sin mirar mucho a los costados. Queda el sabor de un tiempo donde la aventura no tenía deudas con la realidad.


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